¿Electrodomésticos nuevos o de segunda mano?

 

Cuando un electrodoméstico importante necesita ser reemplazado, es posible que te sientas tentado de ahorrar algo de dinero comprando uno usado o restaurado. Sin embargo, lo que ahorras en el mostrador de salida a menudo puede terminar costándote en facturas de servicios básicos, por no mencionar las facturas de reparación que puedan surgir.

Los principales electrodomésticos producidos hoy en día son más eficientes que nunca porque los fabricantes siempre rediseñan los electrodomésticos para que consuman menos electricidad y agua.

Para demostrarte hasta qué punto han llegado los electrodomésticos en términos de eficiencia energética y de agua, ten en cuenta lo siguiente:

 

  • Un refrigerador de 20 pies cúbicos fabricado en 1991 consume, en promedio, más de 857 kWh al año.
  • Mientras que un refrigerador de 22 pies cúbicos fabricado en 2012 consume sólo 452 kWh al año.

 

Eso equivale a más de 50€ de ahorro por año. Además, un lavavajillas promedio fabricado en 1991 consume 2,67 kWh por ciclo en comparación con uno fabricado en 2012 que consume sólo 1,30 kWh. Eso ahorra a la familia un promedio de 53€ cada año en su factura de electricidad.

Además, algunas empresas y compañías de servicios públicos también ofrecen rebajas considerables cuando compras nuevos electrodomésticos que son energéticamente eficientes.

 

Más ventajas de comprar electrodomésticos nuevos

 

Pero la eficiencia no es la única razón para elegir los electrodomésticos nuevos. La seguridad debe tenerse también en cuenta. Cuando compras un electrodoméstico de segunda mano es posible que no sepas si el propietario anterior ha mantenido correctamente el aparato, lo que incidirá directamente en la vida útil de ese electrodoméstico.

Los electrodomésticos también son reciclables. Según los estudios el 90 por ciento de los electrodomésticos principales se reciclan para que puedas estar seguro sabiendo que ese viejo refrigerador no va a oxidarse en un vertedero – puede tener una nueva vida como un coche o incluso una secadora de ropa.

En general, un nuevo producto, cuando está diseñado con sostenibilidad y pensando en la eficiencia energética como una prioridad, es siempre más recomendable que uno usado.

Tal y como hemos mencionado antes, la vida útil de un electrodoméstico nuevo siempre suele ser mayor a la de uno usado en igualdad de condiciones. Eso te permitirá amortizar mucho mejor tu inversión en electrodomésticos para tu hogar.

No te lo pienses dos veces antes de comprar un electrodoméstico nuevo. Tiene sentido: ahorrarte dinero, energía y tranquilidad, todo al mismo tiempo que obtienes nuevas características.

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